Federación de Enseñanza de CCOO de Madrid | 18 abril 2024.

1 de Mayo 2024

Si no podemos ser marea, seremos lluvia

  • Isabel Galvín. Secretaria general de la Federación de Enseñanza de CCOO Madrid

El 8 de Marzo no es un evento. No es una manifestación, y por lo tanto, no se puede cancelar. Es una jornada mundial de lucha por los derechos de las mujeres. Es la expresión del deseo, de la decisión, del impulso de cambio y de justicia que tenemos las mujeres. Es expresar que somos, que estamos juntas, que andamos un mismo camino, que impulsamos la misma lucha, la lucha feminista por la igualdad real, por el pan y por las rosas.

05/03/2021.
¡Viva el 8 de Marzo!

¡Viva el 8 de Marzo!

ESTA FECHA, SIEMPRE REIVINDICATIVA, es el momento de reconocer lo conseguido. También es el tiempo de definir las barreras a derribar en las realidades que nos rodean que expresan las consecuencias del sistema patriarcal en el que vivimos. Este año, hemos alcanzado reivindicaciones históricas que nos van a permitir avanzar en la igualdad retributiva y en condiciones laborales entre hombres y mujeres. Aunque sigue quedando mucho camino por recorrer. Y más ahora cuando la pandemia ha agravado las desigualdades estructurales entre mujeres y hombres. Se ha cronificado el paro, aumentado la inactividad e incrementado las brechas en empleo, salariales o en pensiones. Y también se han ampliado las barreras estructurales para las mujeres y particularmente para las mujeres más vulnerables.

Muchas brechas por erradicar. Y, entre todas, el año de la pandemia nos señala la brecha de género en la ciencia: solo el 35% de los estudiantes matriculados en carreras STEM (Ciencia, Tecnología, Ingeniería o Matemáticas) son mujeres. El porcentaje ha mejorado en las últimas décadas: vivimos en un país con cada vez más científicas, ingenieras, atemáticas y cirujanas. Hay que acabar con los estereotipos, visibilizar las mujeres en el ámbito científico, reescribir los cuentos de hadas: no somos princesas, somos astronautas.

Y además de las brechas, el serio riesgo de retroceso por la irrupción de la ultraderecha política y social. Mientras voces reaccionarias claman que la violencia de género no existe, nos siguen matando. Es una violencia que se lleva también a las más jóvenes, una violencia que se ha recrudecido durante la pandemia. En estos tiempos de aislamiento y soledad, parece más fácil que nunca volver a relegar esas violencias al ámbito privado, donde estaban hace décadas y donde muchos quieren mantenerlas. Por eso es importante encontrarnos, juntar nuestras voces, hacer de lo privado un asunto político, ondear los trapos sucios del machismo en este país. Por eso es esencial, es una cuestión de supervivencia, la lucha feminista, el 8 de Marzo.

Y en Madrid, lo prohiben. Cuando la delegación de gobierno cancela una de las marchas convocadas en Madrid, en la que se esperaba la asistencia de 10.000 personas, podemos darles el beneficio de la duda. Pero cuando cancelan los pequeños actos descentralizados con un aforo de 500 personas, queda claro que la preocupación no es sanitaria sino política. De no ser así, también habrían prohibido aquel concierto de Raphael que reunió a 5.000 personas en un recinto cerrado. O las incontables manifestaciones que han tenido lugar en los últimos meses. Muchas manifestaciones han tenido lugar este último año y solo una de la que hemos tenido que explicar si hemos estado o no: el 8M del 2020. Y parece que han calado los bulos y las mentiras. Es el triunfo del relato que nos ha criminalizado a las mujeres y nuestras justas reivindicaciones. Esta prohibición no tiene precedentes y tiene raíz ideológica. Supone una concesión a las posiciones de ultraderecha. Claudica ante los que piensan que nosotras no somos capaces de guardar las medidas de seguridad, de cuidar y de cuidarnos. Reprime al movimiento feminista. Cede ante quienes han criminalizado el 8 de Marzo que son los que hace un año tosían en mitines multitudinarios, los que apoyaban las caceroladas y mantienen su agenda apretada de mitin en mitin. Concede la razón a quienes nos señalan a las mujeres ¿Es una medida de salud pública? Evidentemente no. Es, en una palabra, una medida antidemocrática porque priva de un derecho fundamental. Y, por lo que pueda venir de retroceso, hay que confrontarla en los Tribunales.

Estamos ante una decisión que da la razón a los que no les molesta que nos juntemos, en grupos pequeños, en exteriores y con mascarilla, por una causa política. Ellos lo hacen a diario. Reafirma a quienes les molesta la causa en sí. La carencia de argumentos, sus ladridos son la prueba de que el feminismo hace más falta que nunca. Deben saber que no nos van a callar. Ante el creciente machismo, redoblamos la lucha, la acción, la reivindicación. Ni un paso atrás ¡Viva el 8 de Marzo!

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