Federación de Enseñanza de CCOO de Madrid | 29 marzo 2024.

CCOO exige que el Gobierno de Madrid cumpla la Ley de Memoria Histórica y restituya el nombre original del colegio Calvo Sotelo

  • El centro, fundado en 1933 con el nombre ‘14 de abril’, debe su denominación actual a un decreto franquista que cambió los nombres originales de decenas de escuelas madrileñas. El Ejecutivo de la región se niega a aplicar la Ley de Memoria Histórica, con la excusa de que la restitución “pone en riesgo la convivencia”.
  • En el vídeo, Isabel Galvín interviene en un acto de la Plataforma para la restitución de los nombres de los colegios públicos

19/10/2018.

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Calvo Sotelo

Calvo Sotelo

Queremos expresar que apoyamos firmemente a la comunidad educativa del colegio público Calvo Sotelo, cuyo Consejo Escolar aprobó en junio de 2017 una iniciativa para restituir el nombre original del centro. El verdadero nombre de escuela, que fue inaugurada por el presidente de la República Niceto Alcalá Zamora en 1933, es “Colegio 14 de Abril”. Sin embargo, el colegio fue víctima de un decreto fascista de 1939, por el que se cambiaron las denominaciones originales y se estipuló hacer figurar en el frontispicio de los centros inscripciones con “los nombres insignes de los mártires de la Cruzada”.

Tanto la comunidad educativa del centro como la Junta de Distrito aprobaron el cambio de nombre, para que se cumpla así la Ley de Memoria Histórica de 2007 y se devuelva a la escuela su denominación legítima. Se trata de una medida necesaria para reconocer la labor de tantos maestros- y sobre todo maestras- de la II República, que trabajaron de manera infatigable para garantizar una educación justa, democrática y transformadora para los niños y las niñas madrileñas hace ya 80 años y cuya labor fue brutalmente cercenada por el régimen franquista.

El Ejecutivo de la región tenía que ratificar esta decisión, pero ha preferido hacer oídos sordos a las demandas de la ciudadanía y ha vuelto a demostrar una permisividad inquietante con los vestigios franquistas que aún lastran nuestras escuelas. Según explicó ayer el Consejero de Educación Rafael Van Grieken en el pleno, el Gobierno madrileño se niega a aplicar la Ley de Memoria Histórica, pues el cambio de nombre "pone en riesgo el buen clima de convivencia". Para justificar su postura, el Consejero de Educación se respaldó en un informe de la Inspección, que se ha negado a hacer público, pero que aseguraría que el cambio de nombre “crearía conflictos en las relaciones de diferentes sectores de la comunidad educativa".

Su argumentación es insostenible, ya que ha sido la propia comunidad educativa la que ha propuesto la restitución de la denominación original. Además, en otras ocasiones el Gobierno regional se ha limitado únicamente a decretar el cambio tras escuchar la decisión del Consejo Escolar. Queda así evidenciado que la negativa obedece a una postura ideológica difícilmente justificable.

Formamos parte activa de la Plataforma Madrileña por la Restitución de los nombres de los colegios de la II República y por ello seguiremos movilizándonos hasta lograr que los 11 centros de Madrid que perdieron su nombre con la imposición del régimen franquista vuelvan a recuperar su espíritu original, acorde a los ideales de un modelo pedagógico que promulgaba la escuela laica, la igualdad entre sexos y un modelo pedagógico que priorizaba a las personas frente a los intereses del mercado y que ahora es necesario recuperar.